lunes, 6 de julio de 2009

Ejercícios de respiración

Aquí van algunos ejercicios de respiración extraídos y adaptados del “Rock & roll singer’s survival manual” de Mark Baxter. Comienzo por este aspecto del canto -LA RESPIRACIÓN - porque es fundamental y creo que es muy sencillo practicar estos ejercicios en casa solos.

Si bien todos los aspectos están integrados, ¡por algún lugar había que comenzar!

Ejercicios de Respiración

Importante: Cuando comiences estos ejercicios seguramente te vas a sentir mareado. Tomate tu tiempo y aproximate a ellos lentamente.

1-Una buena manera de tomar contacto con tu respiración es acostado sobre tu espalda con algo cómodo debajo (manta, cama, etc.)

Poné tus manos en el bajo vientre y comenzá respirar. Prestá atención al movimiento de tu estómago. Seguramente sentís un movimiento suave que hace que tus manos suban y bajen. Esta es una reacción natural del diafragma que indica que la respiración no está obstruida. Cuanto más liberes la musculatura del abdomen, más libre será tu respiración. No empujes tu estómago, dejá que ocurra libremente.

Una vez que sentís que relajaste los músculos bajos, fijate si estás frenando el proceso en algún punto. Lugo de practicar un rato debería haber sólo dos movimientos: hacia arriba y hacia abajo. Evitá que se haga un corte en el segundo antes de exhalar.

2- Para tener una idea de cuanto puede expandirse tu abdomen, sentate en una silla inclinado hacia delante apoyando los codos sobre las rodillas. Observá que tu estómago y tu espalda estén libres para moverse cuanto deseen.

Esta es una muy buena posición porque los músculos de la espalda y del abdomen no están cumpliendo su función de mantenernos erguidos y por lo tanto, están mucho más libres para expandirse. Observá que sucede con tu cuerpo en esta posición. ¿Se tensa el cuello? ¿Es cómodo respirar así? ¿Sentís que ingresa más o menos aire del que ingresaba al estar acostado?

3- Sentate derecho en la sillacon la columna en el respaldo. Cubrí con tus manos tu abdomen y respirá buscando el mismo movimiento que sentiste al estar acostado. Si te sirve, podés pensar que el aire ingresa por debajo de la silla.

4- Una vez que hayas practicado estos ejercicios, parate y caminá respirando con las manos en el estómago. Tratá de recrear la misma expansión que sentiste acostado o sentado. Relajá tus articulaciones, desbloqueá las rodillas, buscá un buen apoyo de pies en el piso y dejá que tu pelvis pese hacia el piso y se afloje. Podés experimentar con movimientos suaves de brazos, piernas o caderas. Es importante sientas que no estás trabado, que la respiración es lo más liibre posible. Es recomendable cada tanto volver a poner las manos en el abdomen para monitorear estos músculos.

5- Mientras estás sentado en la posición del ejercicio dos, contá con voz susurrada hasta el número más alto que puedas con una sola respiración. Volvé a hacerlo e intentá llegar a un número más alto. Repetilo varias veces hasta que llegues a tu numero más alto (¡no hay reglas de hasta donde hay que llegar porque cada persona cuenta distinto!). Una vez que sepas cual es tu número para este momento de tu entrenamiento, podés tenerlo como referencia.

6- Apoyá tu espalda en la silla y repetí el ejercicio 5. ¿Qué sucede?

Los músculos de tu espalda no están tan libres como antes. La respiración seguramente se verá reducida porque si bien el estómago tiene la misma libertad, no disponés del espacio extra de la espalda baja.

7- Parate y realizá el mismo ejercicio. ¿Qué sucede? El objetivo es lograr la misma flexibilidad en tu cuerpo acostado, sentado y parado.

En este caso, los músculos anteriores y posteriores están trabajando para mantenernos erguidos. Esto suele hacer que levantemos los hombros, dificultando el control de la salida del aire y tensionándonos. Para evitarlo, podés reajustar la postura intentando mantener los músculos abdominales lo más relajados posible.

8- Sentate en una silla e inhalá profundamente. Soltá el aire con una “ssssssss” sostenida. Fijate cuanto podés hacer durar ese sonido.

La emisión de la “sss” precisa un movimento coordinado entre la legngua, el tracto vocal y el diafragma. La libreración del diafragma hace que el aire deje los pulmones y viaje a través de la tráquea. La lengua y el tracto vocal resisten la salida del aire. Este balance es el mismo que necesitamos para cantar. Fijate que no es necesario que el abdomen empuje, ya que al hacerlo desarmaría el balance.

9- Seguramente en la mitad de la exhalación sentís que los músculos se cierran sobre los pulmones. Al principio de la “ssss” hubo muchísima presión de aire y luego la presión interna comienza a igualar a la externa y los músculos del abdomen generan una leve contracción para expulsar el aire que queda.

Repetí el ejercicio hasta que cada exhalación comience con un liberar en lugar de empujar. El aire va a salir por una cuestión de diferencia de presiones. No es necesario empujar para nada. Sólo necesitás soltar relajadamente.

10- Repetí el ejercicio anterior pero ahora utilizando distintas vocales. Tené en cuenta que el objetivo no es empujar, sino dejar que aire salga al exterior libremente. Poco a poco los sonidos serán más duraderos y con menos esfuerzo.

Cambiá las alturas de las vocales (más grave, más agudo).

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